reflexión para jóvenes
El libro que cambio a un pueblo
Green, en su “Breve Historia del Pueblo Inglés”, cap. VIII, da un testimonio maravilloso del efecto que la Biblia impresa produjo en el reinado de Elisabet.
“Jamás se efectuó en ninguna nación un cambio moral más grande que el que se realizó en Inglaterra durante los años que separaron la mitad del período del reinado de Elisabet de la Reunión del Gran Parlamento. Inglaterra llegó a a ser un pueblo de un libro, y ese libro era la Biblia. Era el únicolibro inglés con el cual todo británico estaba familiarizado; se leía en las iglesias, se leía en lo hogares, y en todas partes sus palabras… encendían un maravilloso entusiasmo. Sus efectos literarios y sociales fueron grandes; pero a la larga, más grande fue el efecto de la Biblia en el carácter del pueblo, pues ejerció una influencia dominante manifestada en la acción humana. Todo el temperamento de la nación sintió el cambio, en todas las clases sociales se extendió un nuevo concepto de la vida y un nuevo impulso moral y religioso.
Adopción
Amistad
No puedo dar soluciones para todos los problemas de lavida, ni tengo respuestas para todas las dudas o temores, pero puedo escuchar y buscar junto contigo.No puedo cambiar el pasado ni el futuro, pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar los tropiezos, solamente puedo ofrecer mi mano para que te sujetes y no caigas.Tus alegrías y tus logros no son míos. Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No puedo evitar los sufrimientos cuando alguna pena te parte el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo. No puedo decir quién eres ni quién deberías ser. Solamente puedo quererte tal y cómo eres.
Desnudando el alma
Una danza asfixiante de energías alteró mis latidos… Mil pensamientos sucumbieron en la batalla que se libraba en mi interior, eran tantas voces y yo que seguía crucificado en mis miedos, fue como ver morir al monje que nunca mostró su rostro, pero a la vez, contemplar el parto del amante dormido. Pobre desesperado pensante, creador de su celda de castigo, calculando hasta el respiro mientras el cuerpo reposa las ideas no alimentan cuando eres esclavo del pensamiento, ahora más libre que desesperado, enfilo mis velas hacía aguas serenas.
Mi amigo el instinto nunca fue tan revelador, nuestra plática fue un concierto de violines a las puertas del alma, ahora disfruto la poesía silenciosa del corazón, me siento el planeta paz, orbitando en la galaxia vida, mente y espíritu despertando al calor del abrazo infinito a cada momento…
Cuatro Velas se estaban consumiendo lentamente El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el diálogo entre ellas. La primera dijo: -¡Yo Soy la Paz! A pesar de mi Luz, las personas no consiguen mantenerme encendida. Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente. La segunda dijo: -¡Yo me llamo Fe! Infelizmente soy superflua para laspersonas, porque ellas no quieren saber de Dios, por eso no tiene sentido continuar quemándome. Al terminar sus palabras, un viento se abatió sobre ella, y esta se apagó. En voz baja y triste la tercera vela se manifestó: ¡Yo Soy elAmor! No tengo mas fuerzas que quemar. Las personas me dejan de lado porque solo consiguen manifestarme para ellas mismas; se olvidan hasta de aquéllos que están a su alrededor. Y también se apagó. De repente entró una niña y vio las tres velas apagadas. -¿Qué es esto? Ustedes deben estar encendidas y consumirse hasta el final. Entonces la cuarta vela, habló: -No tengas miedo, niña, en cuanto yo esté encendida, podemos encender las otras velas. Entonces la niña tomó la vela de la Esperanza y encendió nuevamente las que estaban apagadas. ¡Que la vela de la Esperanza nunca se apague dentro de nosotros!
Un mal razonamiento
Al final de un paseo Manuel y Luis, dos amigos cristianos, llegaron a una colina que se imponía sobre un próspero y largo valle. Asombrados por la belleza del paisaje, se detuvieron. Todo parecía tranquilo, pero Manuel, un tanto preocupado, dijo a su amigo:
–Estoy contento de conocer al Señor que creó estas maravillas, pero ¿qué responder a quienes nos dicen fríamente: Si hubiese un Dios, no permitiría el sufrimiento…?
–Hay un error de razonamiento. ¡La existencia de Dios no tiene nada que ver con el sufrimiento!
–Es cierto, asintió Manuel.
–La existencia de Dios, del Creador, se deduce de la propia existencia del mundo y de nosotros mismos. La Biblia afirma que el poder de Dios se discierne por medio de la inteligencia…
–Sí, el sufrimiento sólo puede ponerse en relación con la bondad y la justicia de Dios, no con su existencia. Digan lo que digan los hombres, éstos deben tener en cuenta a un Dios que existe y que los juzgará.
–Exactamente, dijo Luis. Dios es amor, a pesar de todo el mal que veamos. Mostró que nos amaba cuando Jesús, el único justo, sufrió por nosotros los injustos.